martedì 30 ottobre 2012

Delivery Literario



Hay algo indescriptible en el ritual de armar el paquete literario, adentro de la caja de cartón que bien podría ser la de un lomito acomodo en cambio un libro de poesía y micro relatos. Luego de cargarla en el bolso, bajo la bicicleta por las escaleras de un primer piso, verifico la dirección y voy en camino de entregar aquellas palabras que surgieron de mis entrañas. Así como si nada, como si me olvidara de todo lo que significan. En el camino el viento, los autos, los carteles yuxtapuestos. La ciudad.
 Desacralizar, alivianar, girar unos grados la fantasía de aquellos que se imaginan a los escritores apoltronados en sus sillones, con gafas y un gato cadencioso que les recorre los tobillos  y aunque me gustan los gatos esta escritora disfruta  del desparpajo, y de la charla con el ego en la bicicleta. 
Algunas veces conozco a quien hizo el encargo, es un amigo y entonces  una sonrisa inmediata porque los códigos del juego son compartidos, y porque seguramente este amigo o amiga ya sabe ni bien me ve que me estoy divirtiendo. Pero otras veces es un desconocido que ha visto por Facebook la publicidad y ha dicho: ¡Quiero uno! ¿Cuánto sale?  Entonces ese timbrazo es diferente,  está cargado de la emoción de ver esa cara nueva, disfruto de decodificar  los gestos de sorpresa,  los rostros parecen  irse transformando en esos minutos de entrega y cobro, las  miradas se hacen luminosas,  quizás nunca antes había ordenado que le lleven un libro.
A la vuelta todo es diferente, las pedaleadas más suaves, la tranquilidad de haber anotado bien la dirección y de haber llegado a tiempo, voy pensando que tengo que imprimir más libros, que la calle está colapsada, que desearía vivir en el campo, pero que  en definitiva ese pequeño lapso de libertad creativa, me alimenta y me conmueve.
Amanecí en Tailandia y Humo  significan para mí  la posibilidad de vincular  los textos a las acciones más diversas. Son  libros  que recorren  desde las experiencias corpóreas  diferentes universos. Mi deseo más profundo es que poco a poco todas las horas de mis días estén llenas de esos espacios.  Por eso  ¡HAGAN SU PEDIDO PARA QUE LLEGUE EL DELIVERY !.

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